domingo, 16 de diciembre de 2012

El vino de Oporto y “El Fuego envuelve tu nombre”


El vino de Porto está ligado de manera intensa, casi imbricado, a la trama y a los protagonistas de El fuego envuelve tu nombre.

La copa de Porto, tomada en distintas ocasiones, bien por Rafael Herrera, bien por Amanda Cunha, sirve en el fondo de tenue hilo conductor de acciones y  descubrimientos. Con una, los protagonistas se hacen conscientes de la atracción que sienten, de los sentimientos profundos que los embarga: amor, dicha, confianza. Y, con otra en la mano, se les revela el engaño, la traición, la desconfianza. Será al fin, esa pasión sublime, de la que no pueden sustraerse, la que ponga de nuevo cada cosa en su sitio.
Así mismo, compartiendo una botella de Porto tawny con su amiga Sonsoles, la independiente Amanda Cunha aprenderá el auténtico valor de la amistad y la importancia de la familia:
—He comprado unas galletitas rellenas de membrillo, de Santa Teresa. Son deliciosas.
—Ya sebes que yo no como dulce (respondió Amanda)
—Pues hoy sí. Y espero que tengas vino.
—Solo oporto. El abuelo me metió unas cuantas botellas en el coche. Po lo visto ahora también lo comercializan —respondió irónica Amanda.
Paladeando un buen Porto, en un pasaje clave, Rafael Herrera se contempla a sí mismo por dentro, ve el hombre que es y no quiere ser. Se analiza, y descubre, para su espanto que está profundamente ligado a esa mujer gruesa y de lengua ágil que es Amanda Cunha:  

—Ama, ¿estás ahí?

La voz se le trabó

—Claro que estoy aquí. ¿Quién crees que ha contestado al teléfono?

Oyó su risa baja. Aumentó la incomodidad de ella.

—Pero qué malas pulgas tienes. Y eso que todos hablan de tu buen carácter. ¿Seré yo el que te altera?

Amanda tomó aire varias veces, boqueando, como si fuera un pez fuera del agua, antes de responder.

—(…) Si quieres cenar llegas tarde. Ya he cenado —mintió con descaro (…)

—¡Ah, no te preocupes! –exclamó con falsa compunción, procurando aguantar la risa. Había notado la ansiedad de Amanda. Estaba claro que no quería tenerlo por las proximidades—. Yo también he cenado. Y sí, me gustaría estar contigo, pero estoy bastante lejos. Me temo que aún no funcionan los aero-transportadores.

—¿De viaje?

Rafael se tomó su tiempo para contestar. Levantó la copa con suavidad y contempló al trasluz los reflejos dorados del Porto Tawny  de quince años que le acababan de servir. Sintió un ligero escalofrío. Se dijo que en aquella terraza del hotel situado junto al campo de golf, de pronto el aire había refrescado el ambiente. No quería pensar en el secretismo con el que llevaba sus planes. Ni se le había pasado por la imaginación contarle a Amanda dónde estaba en esos momentos. (…)

El Fuego envuelve tu nombre, Lydia Leyte

La Máquina China editorial, 2011

 

El vino de oporto

 

El Porto, Oporto, Port  es un vino fortificado, esto es, se le añade brandy o aguardiente durante la fermentación para estabilizarlo y que pueda aguantar las diferencias de temperatura. Se dice que el vino de Porto ostenta la primera denominación de origen regulada de Europa. Es de 1756, cuando el ilustrado marqués de Pombal, investido de plenos poderes por el rey José I, crea la Companhia Geral da Agricultura das vinhas do Alto Douro.

El vinho de Porto Se produce en la región portuguesa del Alto Duero, en la llamada Regiâo vinhateira  do Alto Douro, cuya centro es la preciosa ciudad de Peso de Régua. Allí están el Museo do Douro y el Solar do vinho Porto.
 
 Regiâo do Alto Douro vinhateiro (región del Alto Duero)
 
Según cuenta la leyenda (o la realidad, vaya usted a saber), el vino de porto adquirió su fama allá por 1678. Por aquel entonces, el gobierno inglés, en una de sus numerosas peleas con Francia, decretó el embargo de productos de este país, entre otros el vino de Burdeos. Los comerciantes ingleses tuvieron que buscar otros mercados. Y los encontraron en Portugal.

Un grupo se acercó hasta el monasterio de Lamego, un lugar apartado en el alto Douro, ya conocido por sus tintos. Allí probaron uno excelente, suave al paladar. El abad le había añadido un poco de aguardiente durante la fermentación para estabilizarlo. A partir de entonces, antiguos marineros ingleses y escoceses asentados en la ciudad de Oporto, iniciaron un mercado que dura hasta hoy en día.
 
 Santuario da Nossa Senhora dos Remédios en Lamego Azulejos da Nossa Senhora dos Remédios, en Lamego
 

A cambio de importar el vino, los ingleses, por lo visto, permitieron a los marineros portugueses pescar bacalao en sus aguas territoriales. De este modo nacieron dos tradiciones: la de beber una copa de Porto en los selectos clubes de caballeros, en Inglaterra, y la de la extraordinaria cocina de ese pescado seco, en Portugal.

La uva (Tinta Roriz, Tina Barroca, Touriga, Tinta Câo, con las que se elabora el porto tinto; o las blancas de Malvasía…, para el blanco) se cultiva a 100 km de Oporto y del mar, en suaves pendientes que asoman al Duero. En las famosas Quintas se vendimiaba y se iniciaba el proceso. Después el mosto se introducía en barricas, y se transportaba río abajo en unas embarcaciones llamadas ravelos. En Vila Nova de Gaia estaban, y están, las bodegas que convertían el vino tinto en vino fortificado. De allí, se exportaba. Hoy en día siguen existiendo las bodegas en Gaia, que se pueden visitar, pero muchos productores ya embotellan con marca propia en sus tierras.
 
 
 Paseo en Vila Nova de Gaia, con los ravelos (hoy atracción turística) en primer plano
 
 
Beber un porto es beber dicha. Es degustar un vino aromático y dulce, con alta presencia de alcohol.

Podemos encontrarlo de varios tipos:

  • Retinto (full) vino nuevo, de sabor afrutado.
  • Tinto (red) vino aún bastante nuevo y sabor similar al anterior.
  • Tinto dorado (ruby) de 8 a 10 años de maduración, de color rojo intenso.
  • Dorado (tawny) vino de 15 a 20 años de maduración, envejecido, con irisaciones dorado amarillentas.
  • Dorado claro (ligh – tawny), de gran categoría, en su fase final de envejecimiento, con irisaciones dorado verdosas.
 
Vineyards near Chanceleiros, Alto Douro, Portugal Viñas en el Ato Douro
 
Para mí, no hay nada mejor que una copa de un buen tawny, después de una copiosa comida. Contribuye, sin duda a ensalzar el valor de la amistad y el cariño por los que te rodean.